miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Está fundido el cerebro de los iluminados?

Acaba de publicarse un artículo en la revista científica PLoS ONE titulado “Factores religiosos y atrofia hipocampal en la edad adulta” en el que se presentan resultados de un estudio en el que se han realizado escáneres cerebrales cada dos años  (rango 2-8 años y media 4,19) a 268 hombres y mujeres de 58 años en adelante (media de edad de 69 años) y se ha correlacionado el volumen de una estructura cerebral llamada hipocampo con cada una de las categorías de las afiliaciones religiosas de que se componía la muestra: Protestantes No-Renacidos, Protestantes Renacidos, Católicos, Otras Religiones, No Religiosos; así como con la presencia en la muestra de Experiencias Religiosas: Renacidos (línea base), Experiencia que ha cambiado la vida (línea base), Renacido (nuevo), Experiencia que ha cambiado la vida (nuevo). Es decir, si la experiencia de sentirse Renacido por una parte, o Transformado, por otro, ya se tenía antes de empezar el estudio o apareció a lo largo de los años que duró el estudio. Como se ha dicho, se hizo una evaluación de cada sujeto al inicio del estudio (línea base) y luego cada dos años se repetía el escáner, de tal forma que se podía estudiar la evolución de los hipocampos de los participantes a lo largo del tiempo de tal forma que había sujetos que habían tenido esas experiencias bien de renacimiento, bien de transformación vital, en algún momento a lo largo de la duración del estudio (los categorizados como “nuevos”):

 
Los resultados fueron  impactantes: aquellos sujetos que habían tenido experiencias de transformación de vida y de renacimiento antes de entrar en el estudio (línea base) presentaron, a lo largo de los años, una mayor atrofia cerebral del hipocampo que aquellos que tuvieron ese tipo de experiencias una vez iniciado el estudio. También presentaron atrofia cerebral los Católicos y los No Religiosos, siendo los únicos que parecían mantener sus hipocampos intactos a lo largo del tiempo los que habían tenido experiencias transformadoras y de renacimiento recientes, los pertenecientes a la categoría “otras religiones”, los que practicaban su religión de forma privada y los que iban regularmente a misa sin más. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Se ha demostrado científicamente por fin que la religión es el opio del pueblo y que como tal atrofia el cerebro?




Si los resultados del estudio parecen rocambolescos, la interpretación que ofrecen los investigadores de los resultados ya perece caricaturesca: según ellos, el pertenecer a grupos minoritarios religiosos o el tener experiencias transformadoras puede suponer una situación de estrés. En el primer caso, por sentirse de alguna manera mal vistos, y en el segundo, porque las experiencias transformadoras pueden suponer un choque con las creencias previas y eso desencadenar una respuesta estresante. El estudio es norteamericano, donde ni la religión protestante ni el catolicismo son precisamente religiones minoritarias. La atrofia en el hipocampo se relaciona con las situaciones de estrés mantenido en el tiempo debido a que las células del hipocampo son especialmente sensibles a la acción de las hormonas del estrés, como el cortisol. De ahí que la explicación de los investigadores de la atrofia hipocampal en esos grupos concretos de religiosos la basen en una supuesta respuesta de estrés. En cualquier caso este artículo ha dado lugar a numerosos artículos en los medios y revistas de Internet, entre ellos, el más divulgado de todos, es el firmado por el neuroteólogo Andrew Newberg para la revista Scientific American. En todos estos artículos, lejos de aceptar una relación directa entre la afiliación relogiosa y la hipertrofia hipocampal (que es lo que realmente encuentran los autores), se ofrecen explicaciones alternativas a los insólitos hallazgos, si bien, de entre todas ellas, ninguna esgrime que quizás los que han atravesado por experiencias transformadoras son los que quizás se han vuelto más fanáticos de todos, dedican su vida solamente a su religión y dejan de lado otro tipo de actividades cotidianas y que eso por sí mismo ya puede producir atrofia hipocampal por ir reduciendo la persona cada vez más su exposición a situaciones novedosas del ambiente e irse así rigidizando su estar en el mundo. Quizás si hubiesen utilizado una escala de fanatismo como covariable, o su equivalente clínico, de obsesión, tendríamos alguna interpretación más precisa de los resultados.

Se podrían esgrimir algunas interpretaciones alternativas más, o incluso se podría hablar de las limitaciones metodológicas de los estudios correlacionales, pero lo que le interesa a TED en relación a este estudio no es nada de esto, ni siquiera si sirve para algo o no, o explica algo nuevo sobre la realidad o no. Lo interesante para TED de este estudio es que, de entre todas las noticias que se han hecho eco de él, de todas las interpretaciones que se han dado a los resultados y de todas las vueltas y revueltas que se le ha dado, ninguna concluye que a lo mejor la práctica de determinados tipos de religión es perjudicial para la salud, que es, como se ha dicho, en definitiva lo que concluye el estudio. Compárense este tipo de artículos y las explicaciones que se esgrimen para interpretar los resultados con aquellos en los que se ha encontrado que, por ejemplo, el cannabis, produce atrofia hipocampal. En 2008 se publicó el primero de estos estudios y si uno mira tanto el artículo original como las decenas de artículos periodísticos que generó, nadie pone en duda que el estudio está mal hecho, nadie cuestiona los resultados y, lo que es más importante, a nadie se le ocurrió decir que una explicación alternativa de los resultados puede ser que los fumetas claro, al vivir en un país especialmente duro en cuanto a legislación, como es los EE.UU., sufran un estrés permanente por sentirse estigmatizados socialmente y perseguidos policialmente (algo que no les ocurre a los religiosos iluminados). En ese estudio se vio además que los años de consumo correlacionaban con síntomas psicóticos, lo cual es acorde con la interpretación basada en el estigma y la persecución, ya que cómo no va a puntuar alto en, por ejemplo, paranoia, alguien que lleva media vida evitando ser pescado por el madero de turno. Pero no, si se trata de experiencias religiosas resulta que ahora los pobres sufren estrés porque nadie les comprende, y si se trata de fumetas es que el cannabis les está jodiendo el hipocampo y psicotizándoles.

Lo gracioso de todo es que no hay mayor delirio que una religión donde una realidad inventada y una verdad revelada se toman como si fueran la realidad en sí. Historias fabulosas se admiten por adeptos en masa sin mayor valoración juiciosa y líderes fanáticos cargados de prejuicios morales y de deseos de persecución, venganza, guerra y salvación son obedecidos sin cuestionamiento alguno. ¿No es esto un delirio? En lugar de entender que a lo mejor esta gente está psicótica, se piensa que los pobres están estresados. Y a la inversa, en el caso de los fumetas, se desarrolla toda una teoría según la cual el consumo de drogas es una enfermedad del cerebro cuya prueba anatómica es tener un hipocampo más reducido que el de los no consumidores y cuya manifestación clínica es padecer síntomas psicóticos.

Si esto no es un sinsentido que baje Dios y lo vea.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Drogas precolombinas de ayer y hoy



Seguimos explorando el pasado y esta vez nos encontramos de nuevo con restos arqueológicos que atestiguan el uso generalizado de distintos tipos de drogas, esta vez en culturas precolombinas. Conviene, llegados a este punto, señalar que, contra esa corriente popular tan bienintencionada como ingenua, que afirma que el uso de drogas en la culturas llamadas “primitivas” o “primigenias”, o como quiera llamárselas, donde existe un uso tradicional de drogas en forma de plantas, extractos de plantas, brebajes de plantas, etc., es siempre ritual, espiritual y sagrado, no parece que las evidencias existentes lo apoyen. Como en todas las culturas y en todas partes se dan, como no podía ser de otra forma, usos recreativos. Pero no solo eso, también están perfectamente documentados usos más perversos, como los empleados para mitigar el dolor en rituales de sacrificio, en ceremonias de coronación, para hacer la guerra o simplemente, como ocurre en occidente, como excusa para cometer un acto violento gozando de la impunidad que se le puede dar al perpetrador por considerar que no está en sus cabales (ver por ejemplo, El Río, o Yanomamo, la última gran tribu donde se ofrecen ejemplos concretos de esto). Del mismo modo, estos pueblos idolatrados e idealizados por tantos por considerarles como el sumo de la sabiduría y del conocimiento arcano no solo consumen enteógenos, también le dan a otras drogas supuestamente menos nobles, principalmente al alcohol. Y no porque lo introdujera el hombre blanco, sino desde tiempos tan inmemoriales como usan el peyote, los hongos o las daturas. No solo eso, sino que, como toda cultura que busca en la drogofilia la perfección, no se limitan a descubrir una planta que coloca e ingerirla tal cual, sino que, como buenos científicos, se las ingenian para purificar lo más posible el producto, hacerlo más eficaz al consumirlo y buscar vías de administración eficientes que pasan desde el esnifado de triptaminas hasta los enemas de alcohol mezclado con plantas psicoactivas.



Bien, al hilo de esto, acaba de aparecer un artículo en la revista española Neurología, en la que el autor, el Dr. Carod-Artal, del Hospital de la Virgen de Luz de Cuenca, hace un repaso a todas las drogas utilizadas por los pueblos precolombinos, qué pueblos concretos eran esos, cómo se utilizaban esas drogas y en qué contextos y, lo que es más interesante, ilustrado con fotografías de restos arqueológicos que ponen de manifiesto la presencia constante de dicho uso. Se trata de un artículo sencillo, que aportará algún dato nuevo interesante al drogófilo ilustrado a la vez que iluminará al menos versado en literatura enteogénica respecto a los usos y costumbres drogófilas de culturas ya desaparecidas pero de las que, afortunadamente, nos han quedado legados sumamente interesantes. El autor, en el apartado de conclusiones, vuelve a caer en esa especie de mito que se repite hasta la saciedad de escrito en escrito sin que nadie se moleste en contrastar y que ha terminado funcionando como una especie de dogma y que dice “El abuso de estas sustancias con fines hedonísticos es un hecho reciente en las sociedades posmodernas euramericanas”. Al margen de que, como ya se dijo antes, esto, sencillamente es falaz, tampoco termino de entender por qué lo utiliza tanto el estamento médico las pocas veces que habla de drogas alucinógenas. Pareciera como si un uso religioso, bélico y sacrificial fuera moralmente aceptable (vaya usted a saber por qué motivos concretos) y un uso hedonista no. De nuevo, algunos médicos parecen olvidarse de que su trabajo no consiste en salvar de las llamas del infierno a sus enfermos fieles, sino de salvar sus cuerpos cuando ello sea posible. Lo más dramático es ver reiteradamente cómo usos directamente dañinos, como muchos de los practicados por culturas precolombinas parecen legitimarse mientras que los usos hedonistas, claramente de menos riesgo comparados con, por ejemplo, un uso sacrificial, se condenan. El propio autor, en este sentido, parece no interpretar correctamente las pruebas arqueológicas cuando habla, por ejemplo, de “enema ritual maya” para interpretar una imagen aparecida en una vasija en la que se ve a un supuesto sacerdote administrando un enema de supuesto alcohol a un iniciado. No tiene mucha pinta en este caso el iniciado de solemnidad, pareciera más bien estar disfrutando de un colocón hedónico de vaya usted a saber qué administrado por una vía y de una forma que, eso sí, hoy muchos no nos atreveríamos a dejarnos hacer. Por lo demás, tampoco era mi intención criticar este artículo, solo dárselo a conocer a quien pudiera interesarle. Lo que pasa es que uno se pone y no sabe por qué, ni cómo, termina encendiéndose.




Nota: la fotografía están extraídas del artículo original y reproducidas aquí sin permiso. Mis disculpas a los autores.

jueves, 27 de octubre de 2011

Los hongos de la prehistoria

                                                                                
Si bien las temáticas y los motivos figurativos representados en el arte rupestre parietal son difíciles de interpretar, una de las hipótesis que más popular se ha hecho es la que mantiene el arqueólogo David Lewis-Williams, quien las relaciona con rituales chamánicos, estados de trance y estados de conciencia alterados. Sin embargo, sus interpretaciones no están exentas de polémica. Por una parte, se desconocen en buena medida los modos de vida de nuestros antepasados paleolíticos, así como sus sistemas de creencias. Por otra, si bien una de las fuentes de información podría ser la de los descendientes de dichos antepasados que aún sobreviven, como por ejemplo los aborígenes australianos, o tribus subsaharianas como los san, que aún habitan los lugares en los que se conserva el arte parietal original, los sucesivos procesos de aculturación sufridos por estos pueblos impiden confiar en que las interpretaciones que realizan estos descendientes se ajusten fiablemente a los motivos y escenas representadas. Otros numerosos problemas, que no vienen al caso, podrían enumerarse. Lo cierto es que probablemente motivaciones haya tantas como temáticas existentes y que estas se puedan contar por decenas y huyan de una interpretación unívoca. Aún así, periódicamente siguen apareciendo pinturas que algunos especialistas interpretan como representaciones de motivos fúngicos, o de escenas tranceras, que pueden hacer pensar que en la antigüedad nuestros antepasados consumían drogas alucinógenas, siendo, por otra parte, estas pinturas, junto con los restos de drogas aparecidos en enterramientos, los registros arqueológicos que arrojan indicios más sólidos acerca del uso de alucinógenos por parte de nuestros antepasados paleolíticos.



A principios de este año apareció en la revista Economic Botany un artículo referente a una pintura rupestre encontrada en Selva Pascuala, Cuenca, que, según los autores, supondría la prueba más antigua del consumo de hongos psilocibios en Europa, hace alrededor de 8.000 años. Si bien los autores afirman que la especie de los supuestos hongos representados en el mural parietal podría ser Psilocybe hispanica, expertos consultados ponen en duda este punto, afirmando que, de ser efectivamente hongos psilocibios lo que está representado, en todo caso sería la especie Psilocybe semilanceata, aunque no vamos a entrar aquí a desmenuzar las disquisiciones técnicas que indican que esto debiera ser así, pues no es el objetivo de esta entrada.


 

Bien, acaba de publicarse un artículo en la revista Clinical and Experimental Optometry, que parece romper la circularidad que suponen las interpretaciones del arte parietal por, como se comentaba al principio, estar aquellas tan culturalmente determinadas. La circularidad, como se dijo, consiste en la dificultad de realizar interpretaciones fiables debido a que se desconoce casi al completo el marco cultural en el que se realizaron las pinturas, por lo que una interpretación desde nuestra propia cultura, incluso la realizada por los propios descendientes, resulta en definitiva altamente especulativa. Esta circularidad, según el autor de este artículo que vengo a publicitar aquí, queda rota en el momento en que se han encontrado imágenes y escenas rupestres datadas en fechas similares con motivos idénticos en lugares separados geográficamente por la inmensidad de todo un océano. Uno de estos motivos, aparentemente, son hongos psilocibios, que según el autor, demuestra, junto con otra serie de pruebas comentadas en el artículo original, que las pinturas representadas son un indicador evidente de que los pueblos que habitaban aquellos ecosistemas en aquellos tiempos ya participaban de rituales chamánicos en los que como vehículo principal se utilizaban estas especies tan singulares de hongos.


 

Las pinturas en cuestión pertenecen a dos lugares geográficamente muy distantes: Australia y el Sur de África, pero en regiones en las que hay constancia del uso ritual de hongos psilocibios en un pasado no tan lejano. Y, en cualquier caso, según el autor del artículo, los rituales extáticos siguen siendo una parte importante de la cultura de los pueblos que habitan estas regiones hoy en día. No es intención de esta entrada tampoco venir a discutir el artículo en detalle, pues ya he dejado el link para quien quiera leerlo. Simplemente llamar la atención acerca de su existencia, para los interesados en el tema. Sí, comentar, a modo de obviedad, que no parece tanto que haya habido sincronía en los motivos rupestres entre dos pueblos tan alejados, como que las similitudes obedezcan a un intercambio cultural y comercial que pudo ocurrir en el pasado remoto, hace unos 70.000 años, por mar. Es de entender, por último, que si estas culturas representaban sus vehículos de embriaguez en las paredes de sus hábitats (si es que lo que está representado realmente fueran hongos psilocibios) debe ser porque para ellos la importancia que tenían en sus vidas debía ser monumental, aunque este punto de nuevo es especulación por lo que tiene de retrotraer otra vez a la circularidad la interpretación de lo representado. En cualquier caso, ahí les dejo los enlaces para quien esté interesado en conocer más en detalle esta historia.


Nota: Fotos extraídas de los artículos originales y reproducidas aquí sin permiso. Mis disculpas a los autores.


martes, 25 de octubre de 2011

Sobre la famosa “lista de plantas prohibidas”

Quizás recuerden que en el año 2004 el Ministerio de Sanidad, mediante una Onden Ministerial, creó una ley para restringir la venta de 197 plantas con el objetivo de que dejaran de venderse en herbolarios y smart shops, y de que se vendieran únicamente en farmacias y bajo prescripción médica. Esta ley dio lugar al cierre de los pocos smart shops que existían en España, aparte de suponer una merma económica a todos los herbolarios del país. La ley en cuestión venía a suplir un punto de la antigua Ley del Medicamento que decía textualmente:

<<Artículo 42.2. El Ministerio de Sanidad y Consumo establecerá una lista de plantas cuya venta al público estará restringida o prohibida por razón de su toxicidad.>>

Bien, surfeando por la web de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, buscando nuevas leyes criminalizadoras de estupefacientes, psicótropos, o simples fármacos que al legislador de turno se le hubiera puesto en el gusto prohibir, oh!, sorpresa!, me encuentro con que la famosa Orden Ministerial está anulada.

Si bien la noticia de la creación de la famosa lista recorrió todos los periódicos, blogs, listas de distribución, foros de Internet, etc, hasta hoy no he encontrado esta respecto a la anulación de dicha Orden Ministerial, por lo que deduzco que no es tan conocida, de ahí la razón principal de esta entrada.

Según una circular del Colegio de Farmacéuticos, con fecha de 14 de junio de 2011, la famosa Orden Ministerial “por la que se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad”, “fue anulada por Sentencia A.N. (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 4.ª) de 27 de junio de 2005, y por tanto no es de aplicación al mercado de plantas medicinales”. Por otra parte, la mencionada antigua Ley del Medicamento fue sustituida por una nueva, la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en la que, de nuevo, en su artículo 51.2. vuelve a decir textualmente que “El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad tendrá la competencia para elaborar un listado de plantas cuya venta libre al público estará restringida o prohibida debido a su toxicidad.”

En resumen, que la famosa Orden Ministerial tuvo una vida de apenas 16 meses y que a día de hoy esa nueva lista que recoge la nueva ley del medicamento que debe elaborarse aún no se ha elaborado. Aunque tiempo al tiempo.

Como razones secundarias, me gustaría especular un poco acerca de las repercusiones directas que bien tiene, bien ha tenido en el pasado, tanto la aplicación como la anulación de esta ley:

1) Ha habido sentencias basadas en esta ley cuando ya estaba anulada, por lo que suponen, a todos los efectos, sentencias injustas y no sujetas a derecho. Las sentencias han sido por violar la Ley del Medicamento, bajo la cual quedaban reguladas dichas plantas. Por ejemplo, una resolución judicial de 2007 impide a la Iglesia del Santo Daime importar ayahuasca de Brasil porque en la famosa lista de plantas prohibidas estaba la Banisteriopsis caapi. La anulación de la Orden Ministerial, como se ha dicho, fue en 2005, y esta sentencia es de 2007. Es uno de los múltiples ejemplos que se podrían poner respecto a sentencias basadas en dicha Orden Ministerial cuando ya no era efectiva.

2) Todas las plantas de la famosa lista, a excepción del canabis, la coca y el opio, podrían volver a venderse libremente mientras no se diga que tienen propiedades terapéuticas, diagnósticas o preventivas (en la mencionada circular del Colegio de Farmacéuticos viene muy bien explicado, junto con la legislación original correspondiente). También se podrían vender infinidad de plantas que contienen principios activos psicoactivos, como los psilocibes, peyote, san pedro, chacruna, etc. Todas estas plantas contienen alcaloides incluidos como psicótropos en las famosa lista I de la JIFE, listas que regulan la prohibición de drogas en España. Sin embargo, según el último informe de la JIFE, en sus puntos 284-7, ninguna de estas plantas se encuentra en las listas, luego ninguna está fiscalizada por la JIFE, ni lo están en la legislación española (lo estaban con la famosa lista de “plantas prohibidas”, pero ahora ya no lo están).

Como siempre, los días de que esto siga como está están contados. Aprovechen mientras puedan.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Todas las drogas que curan

Si en una entrada reciente presentábamos como novedoso un artículo sobre ayahuasca debido a la poca cantidad de publicaciones científicas que se producen sobre el tema (frente a la por comparación ingente cantidad de literatura antropológica, por no decir parapsicológica), justo nos encontramos que de nuevo se publica un nuevo artículo farmacológico al respecto. Para qué habré hablado.

La investigación farmacológica con alucinógenos es ingrata. Los espiritualistas y neochamanes la critican por reduccionista, los antropólogos por materialista, los academicistas por tocar cosas raras y, en fin, que es de agradecer que aún haya quien se adentra en estos terrenos escurridizos a pesar de exponerse a los virotes de casi todos y a las consideraciones de casi nadie. En el mejor de los casos se la critica que no sirve para nada, ya que la experiencia subjetiva es tan íntima que una investigación científica lo que puede llegar a explicar son, siendo generosos, nimiedades, con el inconveniente añadido de, según los críticos, la imposibilidad de confundir los efectos que se quieren medir con la utilización de un placebo. Ya es la vuelta de tuerca final: los críticos de la ciencia utilizan argumentos científicos para criticar a la propia ciencia. No se hable más.

[Nota: la excepción a esta regla se encuentra en los estudios con alucinógenos, últimamente tan de moda y tan publicitados, en los que se trata de demostrar que son sustancias que aumentan la espiritualidad y el cambio de personalidad en positivo, y que gozan del beneplácito y admiración de todos, contracultura incluída. Por fin el público encuentra lo que busca para autoafirmarse en sus convicciones y todos tan contentos. No es de este tipo de estudios del que se tratará por aquí muy amenudo, me temo.]

Sea como fuere, acaba de publicarse un artículo, cómo no, firmado por lxs chicxs de Sant Pau, en el que se compara la farmacología de la ayahuasca con la de, ¡oh!, ¡espanto!, ¡la dextroanfetamina! ¿Y eso por qué? ¡Si son drogas que no tienen nada que ver entre ellas! ¡Anatema!

Se administró a un grupo de voluntarios sanos una dosis de ayahuasca en forma de liofilizado (esto es, todo lo que contiene la ayahuasca excepto el agua) a dosis de 1 mg/kg de DMT, 20 mg de d-anfetamina y un placebo y se midieron toda una serie de variables psicológicas, fisiológicas, hormonales y, algo muy interesante, y en lo que más nos centraremos aquí, inmunológicas, aparte de hacerles un EEG para ver qué ondas cerebrales modificaba cada uno de los fármacos administrados.

Como en estudios previos, se vio que la ayahuasca incrementaba las escalas de efectos subjetivos para los alucinógenos. Sin embargo, a pesar de que la ayahuasca y la d-anfetamina tuvieron un perfil de efectos subjetivos diferentes, algunas de sus acciones sobre variables fisiológicas fueron similares: ambas drogas se comportaron en algunas variables como un psicoestimulante, induciendo dilatación pupilar e incrementos en la presión arterial. El mecanismo de acción mediante el que producen este efecto debe ser diferente, y esto se refleja en otra medida interesante: la ayahuasca incrementa la onda beta del EEG, algo que no hace la anfetamina, un reflejo quizás de la estimulación del lóbulo frontal que inducen típicamente los alucinógenos. Otro efecto diferencial de la ayahuasca respecto a la anfetamina es la modificación de la temperatura: la primera induce una modificación bifásica de descenso primero, para aumentar dos horas después, mientras que la anfetamina no produce esta respuesta bifásica (si bien sí lo hacen también otros psicoestimulantes como la MDMA) induciendo un incremento prolongado. Otro efecto simpaticomimético que comparten la anfetamina y la ayahuasca es un aumento del diámetro pupilar.

Pero lo más interesante de este estudio radica en la modificación de variables hormonales e inmunológicas de estas dos sustancias. En cuanto a variables hormonales se midieron la prolactina, el cortisol y la hormona del crecimiento, encontrándose que ambas drogas aumentan el cortisol, la hormona clave que se segrega en situaciones de estrés, incrementando la liberación de esta hormona además de manera más intensa la ayahuasca respecto a la d-anfetamina y, por supuesto, al placebo. Ya en un estudio previo en el que se estudió la arquitectura del sueño tras la administración de ayahuasca se había visto que el patrón de alteración sobre la arquitectura del sueño era parecido al que se observa en personas a las que se les ha privado de dormir una noche, reflejando así una situación de estrés. Los aumentos en el cortisol corroboran este hecho, ya encontrado, por otra parte, en estudios previos de este grupo.

Pero lo más interesante de este estudio está aún por mencionar: se trata de las modificaciones encontradas en células inmunitarias. ¡Se encontró que el patrón de alteración inmunitario entre la ayahuasca y la d-anfetamina resultó ser similar! Técnicamente, ambas sustancias disminuyeron el porcentaje de linfocitos CD3 y CD4. Estas células inmunitarias son sensibles al estrés, luego es posible que fueran un efecto secundario de la liberación de cortisol. Por último, ambas drogas aumentaron también el porcentaje de Natural Killers (NK), otro tipo de células inmunitarias. En su conjunto, este patrón de modulación inmunitario, de nuevo, es característico de las situaciones de estrés.

Las implicaciones de estos resultados son muy interesantes desde el punto de vista de que la ayahuasca es considerada por muchos una medicina. Debido a que las modificaciones agudas y, claro, transitorias (los parámetros para ambas drogas vuelven a la normalidad al desaparecer los efectos) de ambas drogas es similar, si se considera a una de ellas (la ayahuasca) una medicina, no hay criterios objetivos para no hacer lo propio con la d-anfetamina. Es más, el perfil de inmunomodulación es similar también al que induce la MDMA, así como otras muchas drogas. La solución a este conflicto, en el caso de que sea tal, solo puede venir cuando se extraiga sangre a usuarios crónicos de ayahuasca, se midan sus parámetros inmunitarios y se evalúe su estado de salud general. Por el momento, o todas son una medicina, o no lo es ninguna.

Quedaría por entender qué implicaciones concretas puede tener este perfil de activación “estresógeno”. Parece claro que la causa estriba en la activación del sistema hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA), responsable de modular, como se ha dicho, la respuesta de estrés de los mamíferos. Los autores del estudio discuten que, si bien la activación del Eje HHA se ha relacionado tradicionalmente con inmunosupresión, especialmente en situaciones de estrés crónico, la respuesta inmunológica a las situaciones de estrés agudo tendría un papel no tanto inmunosupresor como inmunomodulador. El hecho de que haya unos parámetros que disminuyen (células CD3 y CD4) y otros que aumentan (NK) es un reflejo de dicha inmunomodulación.

Queda por aclarar qué pasa con los consumidores crónicos. Es el siguiente reto científico y, a mi entender, el más interesante de todos los de la ciencia de la ayahuasca. De momento, y mientras este aspecto no se resuelva, solo podemos pensar que si este patrón de activación neuromodulador tiene beneficios a largo plazo, tal y como muchos ayahuasqueros afirman, por derivación, otras muchas drogas como la MDMA o las anfetaminas lo deben tener igual.¿O no?


lunes, 10 de octubre de 2011

La ciencia de fabricar animales drogadictos

Así [The science of making drug-addcited animals] se titula un artículo de revisión que se acaba de publicar en la revista Neuroscience. Ya el "abstract" es bastante esclarecedor, empezando: <<La investigación de la drogadicción con modelos animales puede entenderse como una clase de psiquiatría al revés. Contrariamente a los clínicos, que buscan tratar a personas adictas para convertirlas en abstinentes, los investigadores buscan convertir animales sobrios en adictos a una droga con propiedades adictivas en humanos (...) Sorpresivamente, resulta que modelar el consumo compulsivo de cocaína en ratas es posible, si bien más difícil de lo que se pensaba. De hecho, parece que la resistencia a la adicción a la cocaína es la norma en las ratas. Como ocurre con los humanos consumidores de cocaína, solo unas pocas ratas son vulnerables a la adicción>>.

Bueno, el artículo es bastante denso como para analizarlo aquí, aunque sí me gustaría resaltar algunos de los datos más interesantes que aporta, algunos de ellos ya publicados previamente aquí:

http://www.plosone.org/article/info:doi/10.1371/journal.pone.0000698

La mayoría de las investigaciones en animales no ofrecen alternativas al consumo. En este caso, a las ratas se les da la posibilidad de tomar cocaína o una solución azucarada y las ratas invariablemente prefieren la solución azucarada, tanto ratas sin consumo previo como ratas previamente adictas. Solo, según los autores, de todas las ratas utilizadas en las series de experimentos realizados, que fueron 184, 16 se hicieron adictas, esto es, el 8,7%, más o menos lo mismo que ocurre en humanos. Lo interesante del caso es que esas 16 ratas tampoco dejaron de tomar azúcar, osea, que hacían a todo.

Es interesante encontrar lo difícil que es tratar de convertir en adictos a los animales de laboratorio y que la drogabusología al uso, tan pronta siempre a hacer extrapolaciones, en lo que a potencial de abuso se refiere, cuando los experiementos están bien diseñados, no lo hagan. La lectura es que, efectivamente, hay un porcentaje de animales que se hacen adictas, pero esto no quita para que no se "cuiden". Quizás debemos fijarnos más en aspectos psicosociales y dejar de lado la farmacología y su aparente poder de secuestrar las voluntades de los sujetos a la hora de explicar los hábitos compulsivos a drogas. Máximo tendiendo en cuenta que los circuitos cerebrales que las drogas activan para "secuestrar" la voluntad de los consumidores son los mismos que cuando se realizan otras actividades como escuchar música o se miran caras guapas

En este sentido, uno de los experimentos clásicos más interesantes al respecto fue el del famoso "rat park": primero se hizo adictas a la morfina a un grupo de ratas y después, a la mitad de ellas, se les metió en una especie de parque de atracciones para ratas que simulaba las condiciones de los ecosistemas naturales encontrándose, de nuevo, que la mayoría de las ratas se deshabituaba por sí misma de la morfina prefiriendo, de nuevo, consumir agua azucarada.

En definitiva, las razones por las que alguien se hace adicto a una droga seguramente son muchas y diferentes, pero parece cada día más evidente que las farmacológicas, esto es, sus efectos idisosincrásicos, son lo menos importante en esto.

viernes, 30 de septiembre de 2011

E.H. vs J.M. en la drogoteca

Hace unos meses los viejos amigos de la editorial Amargord me enviaron, muy amablemente, la última tanda de libros publicados por ellos en la colección Psiconáutica. Para quien aún no lo sepa (cosa que dudo que ocurra, pero bueno, por si acaso), la colección Psiconaútica de Amargord recoge, a día de hoy, algunos de los mejores títulos sobre drogas publicados en el panorama español:


Había libros clásicos reeditados ya leídos y releídos como Venenos sagrados, ebriedad divina, de de Felice, o el clásico tratado de Lewin, Phantastica, que inauguró toda una nueva disciplina: la farmacología. El diario de un drogadicto de Crowley, un nuevo libro sobre ayahuasca, Ayahuasca, amor y mezquindad, de un escritor, Carlos Suárez, que vive en la amazonía colombiana y que resultó luego ser el libro más interesante hasta la fecha que he leído sobre este nuevo fenómeno de intercambio económico-cultural que se está produciendo en la Amazonía debido al turismo chamánico ayahuasquero…, uf, ¿por dónde empezar? ¡Qué agobio! Menos mal que ya me había ventilado Hedonismo sostenible, de un tal Eduardo Hidalgo, quien resultaba tener otros libros en esa misma colección, uno titulado Heroína y otro sobre análisis de drogas, o algo así. Entro en la web de Amargord y me encuentro que tiene otro más recién publicado, ¿pero quién es este chico que solo hace escribir? ¿Y con esta lucidez? Uf, debe ser de otro planeta este tipo, sino no se entiende. Y encima resulta que se trata de esos libros que es mejor no abrir si tienes cosas que hacer, porque te atrapará y no podrás hacer otra cosa hasta que no lo termines. Uf, menos mal que al menos los del tal Eduardo Hidalgo ya me los había leído todos, menos el último, claro, que no me lo han enviado, ya les vale a los de Amargord, por cierto, ¡hasta tiene otro libro sobre la ketamina! ¡y en su segunda edición! Esto me supera. Los de Amargord esta vez se han pasao. Pero bueno, por algún libro habrá que empezar. ¡Tienes que leer el de Javier Marín!, me dice una voz exterior. ¿Eimmmm? ¿Javier Marín? ¿Qué dices? Ummm, ¿de qué me suena este tipo? Ehhhh, hostias, este ha publicado alguna vez algo en Cáñamo, algún reportaje de aventurillas en algún país árabe o qué se yo. Ufff, ya, pero me parecieron flojos, aunque el recuerdo que tengo es muy difuso, ¿a ver? ¿El barril de Diógenes? ¡Tienes que leerlo!, me repite la voz exterior. Bueno, bueno, con todo el material interesante que hay aquí, entre clásicos y todo eso… ¡Tienes que leerlo!, me insisten… Ufff, pero estando el Phantastica de Lewin, el Diario de un drogadicto de Crorwley, ufff, ¿El barril de Diógenes? ¡Sí! Ummm, a ver que lo hojeo… Y ¡zas!, ¡caí! Creo que no me duró dos días. Su lenguaje simple, casi descuidado, las historias vividas en primera persona, las historias dentro de las historias en las que desde los lugares más oscuros del planeta las preocupaciones son básicamente siempre las mismas, esto es, encontrar buenos conversadores, buscar un escondite aislado por cinco minutos del fuego cruzado para fumarse un porrito, y no las grandes narraciones de los grandes viajes, eso, o qué sé yo si fue eso o fue cualquier otra cosa, lo que fuere, el caso es que El barril de Diógenes me atrapó. Y hasta que no lo terminé no hice apenas otra cosa que leerlo. Y, al terminarlo, me quedé con ganas de más.

Creo haber conocido al autor en algunos de mis deambuleos por Lavapiés las navidades pasadas, y tras leer el libro, meses después, más que nunca me volví a dar cuenta de lo ciego que soy, que cuando hay que ver no miro, y al revés. En cualquier caso, esa conversación que me habría gustado tener con Javier Marín y que en mi estupidez me perdí a mí mismo la oportunidad de tener, la ha tenido ese tal Eduardo Hidalgo y además la ha trascrito y colgado en un blog por todos conocido para deleite de todos. La entrada de hoy no es pues para mí, sino para la drogoteca, que lo disfruten:

jueves, 29 de septiembre de 2011

Aquets catalans estan tocats del bolet!

No, no me estoy metiendo con mis conciudadanos catalanes, líbreme el diablo de las luchas de orgullo territorial. No, lo que vengo ahora a contar es el asombro y el encantamiento que me ha provocado una novelita en catalán que acabo de terminar y que se titula precisamente así. Cuando uno, en su arrogancia, pensaba que conocía en profundidad la literatura referente a las setas psicoactivas, de repente, fisgoneando en una librería barcelonesa una tarde de aburrimiento cualquiera, va y se topa de casualidad con esta pequeña joya que, tranquilo lector, cuya historia no voy a desvelar aquí más allá de lo que pone en la contraportada del libro a modo de sinopsis.

Como no soy crítico literario no voy tampoco a explicar siquera de qué trata. Solo decir que existe, en el interior de la Sierra del Cadí, un bosque primigenio desconocido por el ser humano donde crece un tipo de seta, más que alucinógena, alucinante, también desconocida hasta hoy día y de efectos, bueno, sorprendentes, por decir algo, si es que a los efectos de esta nueva especie de seta se les puede adjetivar.

Lo que me jode de esta deliciosa novelita es que el autor haya otorgado a la peña boletaire de Sants el privilegio de haber sido la descubridora de dicho bosque y de dicha nueva especie de seta alucinógena. Eso sí que no me ha gustado. Mi orgullo de antisistema sofisticado post-okupa residente del barrio de Gràcia se ha visto herido cuando en la carrera por el descubrimiento de ese bosque primigenio y esa especie singular de seta lo ha ganado, como digo, la peña boletaire de Sants, ese barrio de rojeras afterproletarios anclado en la era post-punk, adelantándose a nosotros, los graciènses, y burlándonos. Pero bueno, le había pedido al diablo que me librara de ser partícipe de guerras territoriales pero se ve que en esto ni él ha sido capaz de protegerme. Por lo demás, si alguien lo lee, estaré encantado de intercambiar algún correo respecto al final del libro. Me dejó sobrecogido, como supongo que deja todo buen libro, rondando días y días en mi cabeza la paradoja con la que el autor resuelve la trama. En cualquier caso, lo he disfrutado con fruición y con emoción, que es lo que uno le pide a una historia.

La novelita en cuestión está accesible en google books, si bien no entera. Quien tenga la curiosidad de abrirla y leer las dos primeras páginas le aseguro que no podrá reprimir el seguir leyendo, aunque no haya leído nunca antes en catalán, como casi es mi caso. Qué bien sienta meterse pa'l cuerpo material fresco de lectura fúngica maravillosa.

http://books.google.es/books?id=JC2RDQGEpvMC&printsec=frontcover&dq=Aquets+catalans+estan+tocats+del+bolet!&hl=ca&ei=WYeETq_EFNGWOpe_gdUB&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CDMQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

martes, 27 de septiembre de 2011

Drogas por todas partes (I)




Licencia para prohibir firmada por Leire Pajín

No solo nos la ha colado el gobierno de zapatitos con una reforma constitucional mientras estábamos de vacaciones, no, en lo que aquí nos importa, que es todo, ya que todo es droga, también nos la ha colado, y bien colada. Y para más inri, de la mano de Leire Pajín, la postmoderna Ministra de Sanidad socialista en la que muchos querían ver al Mesías vestido de mujer fatal pero que la realidad, como no podía ser de otra forma, ha puesto en su sitio, que no es otro que el del mismísimo Judas en su versión labios rojo pasión. Así, el pasado 23 de agosto entró en vigor un Real Decreto firmado por ella según el cual el Reino de España puede someter a fiscalización cualquier sustancia química, principio activo o planta que le venga en gana sin necesidad de que antes haya pasado por Viena ni por ningún otro organismo fiscalizador internacional. De ahora en adelante, cualquier sustancia que al legislador de turno se le antoje prohibir, podrá hacerlo sin necesidad de esperar a que esferas superiores internacionales lo hagan antes. El Real Decreto puede leerse aquí:

http://www.boe.es/boe/dias/2011/08/23/pdfs/BOE-A-2011-14074.pdf

Y la nota de prensa difundida en la página web del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (ahí es nada), donde se resumen las implicaciones del citado Real Decreto, puede leerse aquí:

http://www.msps.es/gabinetePrensa/notaPrensa/desarrolloNotaPrensa.jsp?id=2184

Quien esté un poco metido en el ajo sabrá, sin necesidad de dejar volar la imaginación en exceso, qué va a pasar ahora. Y quien no lo esté solo tiene que irse al último informe de la JIFE para saberlo (que no linkeo ni especifico las secciones exactas para no darlo todo hecho). A modo de adelanto, solo decir que poco ha tardado el Reino de España en cumplir los dictados que el Gran Inquisidor Internacional ordena en su último informe: apenas unos meses. La JIFE ordena y manda, España obedece. No en vano siempre ha sido tierra de inquisidores.

Faltaría saber si este nuevo Real Decreto contempla la posibilidad de recurir. Normalmente toda resolución administrativa tiene un plazo para presentar alegaciones. Estaría bien que un abogado experto en la materia se enterase si cuando el Ministerio de Sanidad, etc., se disponga a prohibir algo, bien antes de que ello ocurra, bien durante, o bien después, se pueden presentar alegaciones (basadas en datos científicos, por supuesto) antes de que la prohibición entre definitivamente en vigor.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Seeing With Eyes Shut... y seguimos con la ayahuasca

Si bien tenemos dos entradas seguidas en el blog sobre sendos estudios recientes publicados sobre la ayahuasca, no creo que vaya a ser lo habitual: la producción científica específica sobre ayahuasca es escasa, apenas hay grupos de investigación biomédica estudiándola. Por eso debemos congratularnos de ver un nuevo artículo científico publicado, además, ni más ni menos, que en la prestigiosa revista neurocientífica Human Brain Mapping y firmado por un grupo brasileño liderado por el Dr. Draulio de Araujo y con firmantes tan consagrados como los doctores Crippa y Hallak, líderes mundiales en el estudio de los cannabinoides. El resumen del artículo puede encontrarse aquí, si bien tan pronto encuentre una página donde esté a texto completo lo linkaré:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21922603

Solo había un estudio previo en el que se habían utilizado técnicas de neuroimagen (concretamente SPECT) para mirar qué áreas cerebrales activa la ayahuasca. El estudio, a doble ciego y controlado con placebo, había consistido en inyectar un trazador a los 100 minutos de la ingesta de ayahuasca conteniendo 1 mg/kg de DMT y mirar la distribución cerebral de oxígeno en sangre. Cuanto más aporte de oxígeno hay en la sangre quiere decir que hay mayor activación cerebral. Sorprendentemente no se vio que hubiera activación de áreas encargadas del procesamiento visual (áreas occipitales) aunque sí áreas frontales y parahipocampales, aparte de estructuras interesantes como la ínsula y el cingulado, estructuras encargadas de la autoconciencia y la interocepción (quizás el fenómeno chamánico conocido como autoscopia -o recorrer con la imaginación el cuerpo por dentro- tiene aquí su explicación). Estos resultados son cohrentes con la distribución de receptores 5-HT2A en el cerebro, localizándose principalmente en áreas prefrontales. Los efectos de la ayahuasca parecían ser pues más procesos cognitivos que sensoriales, ligados a estructuras de memoria. Las visiones, después de todo, más que afuera parecían provenir de adentro, y estar cargadas de alto contenido emocional y, sobre todo, al activarse áreas prefrontales, relacionadas con la planificación, la intención y el razonamiento abstracto. El artículo, firmado por el equipo de Dr. Riba, se puede encontrar a texto completo aquí:

http://www.maps.org/resources/psychedelic_bibliography/

Bien, el nuevo estudio recién publicado ha utilizado una técnica más fina que el SPECT, la resonancia magnética funcional (RMf) y, lo más interesante, es que ha encontrado que se activan las mismas áreas cerebrales cuando los sujetos, bajo los efectos de la ayahuasca, se imaginaban que estaban viendo una fotografía que se había presentado previamente, que cuando la fotografía se presentaba sin haber tomado ayahuasca. Esto es, en ausencia de efectos la presentación de fotografías activaba las mismas áreas cerebrales que se activaban cuando se imaginaba esa misma fotografía bajo los efectos. Sin ayahuasca, el imaginarse las fotografías apenas activaba dichas áreas. Aparte de confirmarse lo que ya había encontrado el grupo del Dr Riba en su estudio con SPECT, se ha encontrado un efecto novedoso: la activación de áreas occipitales, concretamente de procesamiento visual. Y lo que es más interesante, la única área occipital cuya activación correlacionó con una medida de psicopatología fue la encargada de la visión periférica. ¿Será que los seres o entes que se tiene la intuición de percibir bajo los efectos de la ayahuasca detrás de uno pero que al darse la vuelta no están serán en realidad efecto de la activación de áreas de procesamiento de la visión periférica? Y lo que es más interesante: ¿la paranoia tendrá, al menos en algunos casos, su origen en este fenómeno y no tanto en un proceso cognitivo? Al aplicar una técnica, llamada de "conectividad funcional", en la que se puede ver el flujo de dirección del proceso estudiado, quien parecía liderar el efecto global de la ayahuasca era precisamente esa área occipital, seguida de áreas parahipocampales y frontales. Según los autores, este fenómeno puede ser el responsable de que "llevando el recuerdo de las imágenes al nivel de la imagen natural la ayahuasca convierta en estatus de realidad experiencias internas".

Lástima que el estudio no se haya hecho siguiendo una metodología de doble ciego y controlado con placebo, los resultados hubieran sido más sólidos. Lo que aporta de nuevo este artículo al origen de las visiones inducidas por alucinógenos es la constatación de la activación de áreas exclusivamente corticales, como ya se había encontrado en el artículo del SPECT y, sobre todo, la novedad de encontrar áreas de procesamiento visual (occipitales) activadas. Quizás el paradigma en sí utilizado es en parte responsable de este efecto: una tarea de imaginería visual. Lo sorprendente es que las áreas occipitales activadas en una tarea de imaginería bajo los efectos de la ayahuasca sean las mismas que cuando en condiciones normales se presenta la fotografía real. Y lo más interesante: que en el estudio de conectividad sea esa área concreta la que dirija el proceso del efecto subjetivo. Pareciera como si el cerebro humano tuviera una necesidad hambrienta de estimulación exterior en la que recrearse para configurar mundos nuevos en los que vivir.

martes, 6 de septiembre de 2011

Publicado nuevo estudio sobre farmacología de la ayahuasca

En esta ocasión los investigadores de Sant Pau han administrado dos dosis idénticas de ayahuasca, separadas por un intervalo de 4 horas, y han medido variables de efectos subjetivos, neurofisiológicos (EEG), autonómicos, neuroendocrinos e inmunitarios. Los resultados más importantes son que no se han encontrado  efectos de tolerancia para la mayoría de las variables estudiadas, incluyendo los efectos subjetivos:

http://www.springerlink.com/content/5n587675m106566w/

Animación del primer viaje de Ken Kesey y lanzamiento del documental "Magic trip"

Ken Keseay, autor de Alguien voló sobre el nido del cuco y de A veces un gran impulso y líder de los Marry Pranksters, conoció la LSD siendo voluntario en los años 50 en un experimento clínico. La grabación animada de su primer viaje puede verse aquí:

http://www.openculture.com/2011/08/ken_keseys_first_lsd_trip_animated.html

y el montaje en forma de documental de las aventuras lisérgicas de estos autodenominados "alegres pillastres" es de esperar que pronto se estrene en España:

http://www.liebremarzo.com/blog/magic-trip

El gobierno de los EEUU quiere prohibir los 2C-Xs

Acogiéndose a la ley de análogos, el gobierno norteamericano quiere meterle mano a toda la ristra de 2Cs sintetizada por Alexander Shulgin. Si el primero de la serie "2C" fue uno de los fármacos favoritos del famoso químico, el 2C-B, ahora parece que le van a seguir el resto: 2C-D, 2C-E, 2C-I, etc:

http://www.gpo.gov/fdsys/pkg/BILLS-112s839rs/pdf/BILLS-112s839rs.pdf

Si bien los más optimistas piensan que no hay que preocuparse porque aún queda abecedario para rato, lo cierto es que a medida que los gobiernos van prohibiendo los fármacos más consumidos se van dejando al público los menos consumidos y con ello los que menos se conocen en razón de toxicidad y de efectos negativos. De nuevo, una medida, más que lejos de garantizar la salud pública, ayuda a empeorarla.