jueves, 5 de enero de 2012

La noche de los muertos vivientes (brrrrr)

Estaba TED a punto de dormirse cuando recibe un WhatsApp de una amiga a la que por su cumpleaños le había regalado la Agenda del Fin del Mundo (la particular y divertida agenda, más que para el 2012, para sobrevivirlo, que ha lanzado la editorial Blakie Books), que trae para cada semana una propuesta acerca de cómo podría terminar el 2012, que decía:

<<Esta semana el mundo podría acabar así…

UN ATAQUE DE ZOMBIES

La posibilidad de que una horda de no muertos nos succione el cerebro es tan aterradora que se ha estudiado científicamente: un grupo de antropólogos se desplazó a Haití (origen de la leyenda) para comprobar qué había de cierto en la mitología zombi. Descubrieron que los brujos de la región utilizaban una sustancia con tetrodotoxina que podía dejar a las personas en un estado de semiconsciencia durante días. Cuando despertaban, se les administraba datura, una planta con propiedades hipnóticas y alucinógenas. Se les podía ordenar que hicieran cualquier cosa. Un ejército zombi no era tan descabellado al fin y al cabo>>.

Estremecido, la propuesta de fin del mundo de la semana le llamó a TED la atención, no porque sea esta propuesta precisamente la primera de cómo podría terminar un año que apenas está empezando, sino porque justo estos días se está leyendo el libro de Wade Davis, The serpent and the rainbow, que, junto con Passage of darkness: The ethnobiology of the Haitian Zombie, supusieron las primeras tentativas científicas de entender el proceso de zombificación en la religión Vodoo de Haití. De hecho, para lo que la Agenda es “un grupo de científicos” en la realidad fue el Indiana Jones de la etnobotánica, Wade Davis. Davis, en sus libros ofrece la hipótesis de que una parte de la explicación (no toda la explicación, como han malinterpretado a veces sus críticos) podría deberse a que los polvos que los brujos haitianos utilizaban para zombificar a sus víctimas contenían una toxina, concretamente tetrodotoxina (una sustancia presente de manera natural en algunos tipos de peces tropicales) que tiene como efecto la paralización muscular y el enlentecimiento del ritmo cardiaco y de la respiración hasta tal punto que la persona parece estar verdaderamente muerta. Tras unos días en este estado, y una vez enterrada y todo eso, se la despertaba utilizando antídotos, entre ellos la Datura estramonium, pudiendo pasar el resto de su vida  zombificada, esto es, en traducción de la cultura Haití, "en un cuerpo sin carácter ni voluntad".

Bueno, ahí están los libros de Wade Davis para quien quiera leerlos y los múltiples comentarios, críticas y demás escritos relacionados con sus descubrimientos respecto a la zombificación Vodoo. Como en todo, hay para todos los gustos: desde los que piensan que los zombis en realidad no existen y en su versión más extrema tachan a Davis de haberse inventado muchas cosas, hasta análisis etnográficos profundos que van incluso más lejos en las posibles explicaciones del fenómeno de a las que llegó el propio Davis.

En cualquier caso, esta entrada no pretende analizar los libros de Davis ni entrar a debatir temas tan ajenos y alejados de las capacidades de TED como son tales. Simplemente, al coincidir el recibir por WhatsApp la propuesta de la semana de la Agenda con la lectura de The serpent, TED pensó que habían pasado casi 30 años desde que se publicó el libro hasta el día de hoy y se preguntó qué se había avanzado científicamente en este tema, si es que se había avanzado algo, en todos estos años. Así que, entró en PubMed, como cada vez que trata de responder a alguna de sus preguntas científicas, y ¡voila!, ¡justo un artículo [Natural Products from Ethnodirected Studies: Revisiting the Ethnobiology of the Zombie Poison] recién publicado en el que se revisa todo el conocimiento nuevo que se ha producido desde la publicación del libro de Davis en torno al fenómeno zombi! ¡y encima de acceso libre y gratuito! ¿será que el mundo efectivamente se estará terminando para que haya tanta coincidencia -perdón, sincronicidad- junta?

A TED le resulta imposible resumir un artículo de este calibre, plagado de nombres científicos de plantas y animales, por eso cree que prefiere contarle al lector lo que se encontrará en ese artículo más que iniciar la tarea imposible de explicar su contenido. El artículo es interesantísimo, especialmente para aquellas personas interesadas en la etnobotánica y en los remedios naturales presentes en plantas de uso tradicional, así como de su utilización en otras culturas. Además es, sobre todo, una excelente guía que ofrece 237 referencias bibliográficas que permiten rastrear infinidad de plantas y sus compuestos y conocer no sólo en qué culturas se usan, sino también el nivel de conocimiento científico que se tiene hoy día en relación a su acción farmacológica y a sus potencialidades terapéuticas. ¿Qué tiene que ver esto con Wade Davis y sus zombies? Que el rastreo se realiza a partir de las dos listas de plantas que le dieron a Wade Davis sendos informantes constituyendo el eventual polvo zombificador. En cualquier caso, como se ha dicho, Wade Davis y los zombis, así como esta primera propuesta de año para acabar con el 2012, es solo la coartada para acercarse a un artículo plagado de rica información etnobotánica y, lo que es más interesante, de información clave para seguir rastreando remedios y curiosidades etnobotánicas en las que, cómo no, no faltan las drogas alucinógenas.

Un último comentario, al hilo de la parte, en opinión de TED, más interesante del artículo, que es la lista, no de plantas, sino de animales de uso etnobotánico y con eventuales propiedades medicinales. Es conocimiento común que muchos remedios se obtienen de las plantas, pero, según los autores del artículo, “Revisiones de todo el mundo se fieren al menos 165 especies de reptiles, 101de primates, 55 de bovinos y 46 de mamíferos carnívoros utilizados en medicina tradicional”, por no hablar de peces, los animales más utilizados en medicina tradicional. En lo que aquí principalmente interesa, esto es, la DROGA, más que la medicina (porque la DROGA, obviamente, engloba la medicina), no olvidemos, de hecho, que en nuestras aguas abunda la salpa, pez cuyas propiedades alucinógenas están aún por explorar.



6 comentarios:

  1. Este fin de año lo pasé con una penyita parecidos al de la foto.
    Y al compás rezaban: "todo es cuestión de dosis", el conocimiento es droga y e aquí una bueníssima cantera.

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  2. ¿El Indiana Jones de la etnobotánica no sería Schultes, faro y guía de Wade Davis?

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  3. Me estoy enamorando de tu blog...

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  4. Muy bueno, como siempre! A ver cuántos de por aquí acaban zombificados!(Interesante palabra...)
    Gracias.

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  5. gracias a todos.

    1) hippy 2.0, es cierto que todo es cuestión de dosis, de hecho, parece que los brujos haitianos calculan muy bien las dosis de sus preparados en función del daño que quieren hacer en sus víctimas. también saben cuándo extraer y de qué órganos la tetrodotoxina, ya que su concentración varía en función de la especie de pez y de la época del año, probablemente porque se ingiere con la laimentación más que sea segregada por el propio pez glogo. pero quiero dedicar una entrada exclusiva a esta neurotoxina porque a medida que he ido profundizando heindo encontrando cosas fascinantes. pero las revelaré en una próxima entrada...

    2) Sí, como comenta DDAA, ha sido de Schultes de quién siempre se ha dicho que es el "Indiana Jones" de la etnobotánica. Pero, al margen de que las comparaciones solo sean un recurso narrativo, y nada más, de comparar yo prefiero comparar a Davis con Indi, ya que Davis sí ha recreado sus viajes en forma de narrativa aventurera mientras que Schultes se limitó a contar sus descubrimientos de manera más aséptica. En este sentido, yo le compararía más bien con el gran botánico aventurero Wilhen von Humboldt. La película sobre Shultes tiene que estar al caer, ¿alguien sabe algo?

    Saludos.

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